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lunes, 27 de junio de 2011

Lo que aprendí ayer

Ayer estuve leyendo un librito de unas 60 páginas que se llama "Manifiesto de economistas aterrados". Lo primero que debo decir es que me enteré sólo de algunas cosas y que si el manifiesto tiene 20 páginas más me estalla la cabeza. Ignorante que es una en menesteres económicos.
Pero me dejó rumiando, que es de las mejores cosas que te pueden pasar con algo que lees. Y saqué algunas conclusiones.

1. Que los mercados financieros, dicho así en abstracto, fueron concebidos en base a una idea errónea: que estipular un valor a nivel global podría ayudar al equilibrio económico. 
Se ve que no es así, que no se trata de un señor con una maza que adjudica el precio final de X, sino que las consideraciones de los mercados financieros (allá en el círculo de infierno en el que se hallen) son performativas, esto es, que crean realidad en lugar de describirla, y que por más que nos tranquilice que haya un señor con una maza en el quinto infierno diciendo que pesetas a cuatro reales, ese señor QUIERE que las pesetas estén a cuatro reales y al final se saldrá con la suya. ¿Podríamos decir entonces que los mercados financieros son el demonio? Sí, o un subproducto suyo surgido en un momento de aburrimiento y de matar moscas con el rabo. 

2. Que todo lo que se puede aplicar a la economía doméstica NO se puede aplicar a la macroeconomía. Esto es simple y muy tontorrón, pero yo tenía más que claro que la ley de la oferta y la demanda era como la gravedad, que no se ve, pero que está ahí, haciendo fuerza. Y resulta que no.
En este caso el ejemplo era muy didáctico. Cuando sube el precio de un producto, normalmente baja la demanda (a no ser que su público objetivo sea un colectivo friki) y así se autorregula el mercado. Pero en el caso de las entidades financieras ocurre lo contrario porque cuando sube el valor de un producto todo el mundo pierde el culo por tener más y más de ese producto, pensando en sus rentas. Y de ahí (y de los bolis bic vacíos) surgen las burbujas. 
Otro ejemplo de esto es que todo el mundo en su casa, cuando está en crisis, gasta menos. Pero en los Estados la cosa no funciona tan así. Precisamente en los momentos de crisis es cuando se requiere una mayor inversión en educación, en creación de empresas, incluso en sanidad y seguros sociales, porque todo ello en el medio y largo plazo procura una subida generalizada del nivel de vida. Y ahí llegamos a otro punto conflicto que es

3. Los impuestos. La bajada de impuestos es contraproducente, fíjate tú. Precisamente porque con menos impuestos, el Estado carece de solvencia y no puede llevar a cabo la más mínima inversión (que es lo que hace falta) y permite que las rentas altas se queden con lo que tienen y las rentas bajas tengan que invertir, además de en sobrevivir, en aquello que el Estado está dejando de procurar. 
Ejemplo:
       a) Mi dinero es mío y me lo gasto como quiero. Que sé yo, lo guardo en bancos suizos. O lo tiro al río.
       b) No tengo un duro y además tengo que pagarme la carrera porque el Estado recorta en becas. Como no me la puedo pagar me dan por la trastienda, hago el sudoku del adn en la cola del paro cada mañana y miro con pavor cómo mi prometedor futuro desaparece sustituido por una idílica y pastoril estampa tocando la flauta en la puerta del metro. Noche de paz, que fue lo que me enseñaron en el colegio.

4. Que todo esto es una conspiración judeo-liberal. Se creían ustedes que Europa era un continente ¡Ja! ¡Es una mafia! Parecía que la Europa unida era una cosa así como de Jarcha, cogidos de las manos y cantando a la libertad, con una moneda única que, ni para ti ni para mí, lo dejamos en el valor del marco alemán, con un objetivo claro de unificación económica y social, un futuro de paz y prosperidad, como el discurso de navidad del Rey. Como los panfletos de los testigos de Jehová, los niños con los leones, los mapaches con las serpientes, los negros con los blancos, sin armas, sin retretes, sin luz eléctrica... ya casi lo conseguimos. 
Pero en definitiva lo único que se ha conseguido es abrir las fronteras comerciales y eliminar las trabas de la globalización. El único objetivo era instaurar el neoliberalismo en todos los Estados, sin tener en cuenta otras connotaciones sociales, culturales o políticas. O no sé, democráticas. 
No importa a quién votemos, las normas vienen de un liberalismo solapado pero manifiesto que las impone por encima de nuestras propias constituciones nacionales. 
Nada de presupuestos globales, nada de solidaridad entre países, quién dijo eso, al contrario. 
El caso de Alemania me parece claro. Las imposiciones dentro del estado alemán han permitido que a pesar de la crisis y de las restricciones internas haya un excedente en el mercado exterior que compite deslealmente con las economías más frágiles de la misma Europa. Y requiere para sí unas condiciones de apertura (subida de intereses y demás) que claramente perjudican a países como Grecia, Portugal, Irlanda y España. 
Y hablemos ahora del Banco Central Europeo. En aras de ese liberalismo casi fanático, se prohibió expresamente que el BCE comprara deuda soberana de los países miembros de la Unión Europea. Para que seamos completamente libres, incluso de pudrirnos en el fango. Otros países como Estados Unidos han hecho que sus bancos nacionales compren su propia deuda y consiguen así darse un respiro. A nosotros la alternativa que nos queda es el "rescate", y con ello voy al ¿quinto? quinto punto:

5. Los rescates son una extorsión flagrante a los países que no tienen alternativa. 
Por poner un ejemplo gráfico, la Unión Europea tiene una fuera borda y Grecia es un libio perseguido al que van a matar como mire atrás. Esa es la "ayuda" que da el dueño de la patera a los desesperados emigrantes que no tienen otra opción. Grecia se prostituirá en la calle de un polígono hasta que pueda pagar lo que debe, y nunca volverá a ser libre. Qué dramática que soy. 
Pero es así, y ¿quién valora la economía griega como de riesgo o no? Ajá, ahí volvemos al punto 1.
Las entidades financieras trincan la maza y dicen que Grecia no va a levantar cabeza ni aunque quiera porque aquí estoy yo para evitarlo, para subir el interés de su deuda a un 10 %, y para que se puedan imponer unas condiciones de trabajo y mercado que me salgan a mí de la maza. 
Si el BCE comprara deuda griega, podría estipular un interés mucho más bajo pero claro, eso no trae cuenta.

No tengo muy claro cómo, pero creo que de nuevo hemos vuelto al principio y con los cinturones más justos. Quien dijo que esto podía ser el final del capitalismo no se dio cuenta de que por mal que nos haga, está tan metido en nuestro organismo que terminar con él sería estirpar una gran parte de nosotros mismos (plagio descarado de un comentario de Miguel, ya te pagaré los copyraises). Ni siquiera lo tenían pensado pero les ha venido de perlas el formateo, no han perdido nada y resurgen más fuertes que nunca. 

Y lo que les queda por meter en la buchaca, que todavía se frotan las patitas cuando ven a Zapatero entrar por la puerta de las reuniones esas que hacen ellos. Le dan palmaditas en la espalda y les brillan los ojillos, pensando en los dinerales que un gobierno como el español puede llegar a extraer de las venas de los propios españoles.  Y además, que qué colonización, tú, Napoleón la hubiera querido para sí.
Qué vacaciones baratas que nos vamos a pegar, que cañitas bien tiradas, fresquitas, a euro veinte (incluye tapa) mirando al mediterráneo. Qué disfrute, qué solaz, pasándoles el recibo cada mes, qué pueblos tan bonitos, algunos blancos, otros azules, yo creo que si les perdonamos una mensualidad pintan uno verde fluorescente, o tiran la Puerta de Alcalá o el Acueducto. Y si les perdonamos otra, los vuelven a levantar. 

Ay qué miedo tengo madre... Que si aterrados están los economistas, el culo apretado se nos queda a los ciudadanos de a pie, que añadimos al pavor la ignorancia, y a la ignorancia, la indefensión. 

Nota: Perdonen la falta de exactitud, la perspectiva simplista y los posibles... probables... los errores. Tengan a bien apostillarme en las incorrecciones y si es necesario insulten un poco, que la letra con sangre entra. 



5 comentarios:

Rebeca Delgado dijo...

¿De verás crees que los economistas están aterrados? No cuando miran sus cuentas -salvo el pequeño economista al que su jefe obliga a engañar a la SS y Hacienda-... Los demás están del lado de los estados. De hecho, los mejores economistas de los bancos (los que dicen la verdad) acaban por venderse ( a buen precio) al estado (los que les pagan para que mientan). Me ha gustado que le des perspectiva al libro y hayas que hecho que no sirva sólo para leerlo.

Rubén D. Caviedes dijo...

Mother of God. Sí que se leyó usted el panfleto con fruición, sí. Lo malo que lo que me pasa a mí, personalmente, es que la jerga económica y financiera me dá ganas de empezar a arramplar con gente en soviético ánimo. Por mi parte (ya verá usted que reducción tan simplista le hago yo ahora aquí mismo en un momento) todo esto se reduce a una cuestión de que unos pocos tienen mucho y otros muchos, muy poco. Y de que si de mí dependiera la economía iba a funcionar, sí, pero llevándome por delante a todas las rentas por encima de un umbral, a todos los negocios de este mundo que hacen dinero en base a sencillamente tenerlo, y en general, a los ricos. El mundo se iría a la mierda, seguramente: ahora que sería un mundo justo, por una vez en la vida.

Y hasta aquí mi alegato trotskista. (Tiene que dar gusto leerse un libro y explicar las cosas con fundamento para que vengan a una a dejarle comentarios tal que éste)

Luc dijo...

Señores,
Rebeca: aterrados estarán igual que está indignado el Hessel, de puertas para afuera o en plan "atérrate tú que a mí me da la risa", pero en fin, lo que saque cada uno que lo disfrute. Yo de esto saco alguna idea confusa y alguna duda indisoluble que, de hecho, no me ayuda a vivir. Tendría que dejar de leer mierda y ponerme con Moccia ya.

Señor de las moscas: comparto hasta sus últimas consecuencias la locura comunista que usted describe, pero me da un miedo que me abrasa las entrañas, esa es la verdad. Que si fuera usted el único con derecho a expropiar o a genocidizar, pues mire, ahí me pongo yo de lugartenienta, que me fío de su criterio, pero siendo la gente lo que es la gente... Pavorr.
Por otro lado le comento que el fervor con el que comento el librito y la fruición con que lo leí tienen su explicación científica en el hecho de que lo leí en la piscina a las tres de la tarde, osease, que el calentamiento de cabeza fue bidireccional, de dentro para fuera y de fuera para dentro. Pero, sí, mucho más simple lo expone usted y tiene más sentido. Debí ahorrarme los daños cerebrales o por lo menos haberme puesto a la sombra.

Munzo dijo...

Mirusté, por estos lares esperamos ansiosos una nueva entrada en su blog, ¡pero a qué diantres espera! ¡Tiene usted una obligación para con su público! Concédanos esa gracia pues, aunque invisibles, algunos lo abrimos todos los días con el anhelo de encontrar ideas fresquitas como un poloflash de cocacola.

Shire el elfo qse perdió y no se encontró dijo...

mmmm poloflash de cocacola q rico ^^