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lunes, 10 de diciembre de 2012

En un pueblo de yo no sé donde la confederación de comercios ha organizado una rifa muy especial, según nos explican en la tele, a saber: se rifa un puesto de trabajo a media jornada durante 6 meses, con un salario de 500 €. Los boletos los dan por compras superiores a x, un poco incongruente, pero efectivo, hay gente que invierte en másters y otros hacen compras superiores a, para asegurarse un futuro laboral. La cuestión es que están vendiendo hasta las estanterías.
La verdad es que la idea ha sentado muy bien y todos sacan la zambomba para  celebrarlo. Parece haberse condensado el espíritu navideño y haber creado una atmósfera de embeleso.

Pero yo creo más bien esto: una empresa necesita cubrir una vacante y, aprovechando la coyuntura, lo rifa y le saca mucho más partido, no sólo a través de las ventas de la rifa (que de todas maneras hacen, año tras año), sino a través del trabajo del afortunado porque, ojo, si el ganador no está preparado para el puesto o ya tiene trabajo, se lleva 3000 € del tirón. A ver si me salen las cuentas... 6 meses a 500 €, sí, son 3000. Si coges el puesto ganas lo mismo y trabajas. Cotizas, eso sí, para sacar unos meses más de paro si puedes.

Resulta que el trabajo ya no es un derecho sino un don, un regalo que nos hacen y que sólo nos beneficia a los trabajadores. Todo lo que nos expolien bien está mientras seamos nosotros los elegidos. Me parece que nos estamos quedando sin dignidad.

Hay veces en que ver el lado positivo es de subnormales.